Pulsos

    A menudo necesitamos herramientas que nos ayuden a comprender un poco mejor la labor que tenemos encomendada y, como docentes, es nuestra obligación ayudar a los alumnos en esta tarea. Para ello, como es obvio, no hay nada mejor que observarse a uno mismo y tratar de trasladar a los estudiantes nuestra manera de hacer las cosas. De ahí la importancia de mantener el nivel de actividad, estudio y/o investigación para seguir descubriendo nuevas herramientas y caminos para la adquisición de las competencias necesarias. 

    Como he comentado en algunas entradas anteriores, -4 compasesEl semáforo tonalTempoVisualizaciones- todo aquello que podamos interiorizar para evitar -o más bien complementar- el pensamiento racional propiamente dicho, nos ayudará enormemente a ser mucho más eficientes en la interpretación musical, y es posible que en otros muchos aspectos de la vida.

    La sensación de pulso es uno de esos conceptos que, sobre el papel, de manera teórica, está muy claro, pero a la hora de trasladarlo a la práctica no resulta tan sencillo, especialmente cuando no somos personas con una facilidad increíble para la ejecución musical, o simplemente no hemos nacido y crecido en un entorno rodeado de música que nos haya permitido asimilarlo como si de algo endémico se tratase.

    Habitualmente, además de recomendar hasta la saciedad el estudio con nuestro "amado" metrónomo -hay alumnos que ya no conocen el metrónomo tradicional 😲- hay que ir un punto más allá para encontrar herramientas que ayuden a comprender un poco mejor cómo trabajar este parámetro dentro de la música y, sobre todo, a que funcione de manera natural, casi innata, para no tener que estar pensándolo mientras ejecutamos lo escrito en la partitura o durante la improvisación.

Paco from Badajoz, España, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons

    Para ello, planteo dividir el pulso en tres sensaciones diferentes:

  • Micro-pulso
  • Pulso
  • Macro-pulso

Pulso

    El pulso vendría a ser lo que hemos estudiado en lenguaje musical y que, básicamente viene a marcar la indicación metronómica del principio de la pieza. Ésta vendría a ser la concepción tradicional del pulso. Es decir, negras en un 2/4, negras con puntillo en un 6/8 o incluso negra-negra con puntillo en un 5/8, y así en cualquier otro compás que aparezca en la partitura. Esta sensación de pulso, que podemos trabajar con alumnos jóvenes simplemente dando pasos por el aula "al ritmo" de distintas músicas es fundamental y es la que debe guiar a las demás, pero al final nos pueden plantear algunos problemas de precisión en la medida y a su vez es algo incompleta para la sensación interna necesaria para una ejecución solvente.

Micro-pulso

    El micro-pulso, por ponerle un término asociado al anterior, no es otra cosa que la subdivisión. Todos tenemos muy claro lo que es y la entendemos perfectamente cuando nos explican cómo funcionan los compases, pero a nivel interpretativo suele plantear algunos problemas. Por si existen dudas al respecto, en un 2/4, un 6/8 o un 5/8 serían las corcheas. Si además de la sensación de pulso anteriormente descrita dejamos una parte del cerebro destinada a esta subdivisión, es mucho más fácil que nuestra interpretación sea precisa. Para los más pequeños de la casa se pueden hacer ejercicios caminando o dando palmadas a pulso y cantando la subdivisión con números o con palabras cuyas sílabas coincidan con la subdivisión -dos corcheas/leche, tres corcheas/plátano, etc.

Macro-pulso

    Trabajado lo anterior tendremos una sensación de pulso mucho más clara y nuestra precisión interpretativa -y nuestro público- lo agradecerán. No obstante, nos falta otra de las sensaciones más importantes para alcanzar una ejecución quasi perfecta. Lo que yo denomino macro-pulso podría pensarse, de manera básica, como la sensación de compás completo. Es decir, la blanca en un 2/4, la blanca con puntillo en un 6/8 o el compás completo de 5/8 con sus 5 corcheas. Éste pensamiento es muy importante porque, de no usarlo, nos daría igual tener un 1/4, un 2/4 o cualquier compás que tenga un 4 en su denominador, por ejemplo. Por ello, una especie de pulso que englobe todo lo anterior dará mucho más sentido a la ejecución. Para ello, podemos crear imágenes mentales asociadas a figuras geométricas como líneas rectas, triángulos,cuadrados, esferas, etc-. 

    Para realizar un trabajo completo con los aprendices se pueden dar palmadas a pulso, cantar la subdivisión como indiqué anteriormente y dar un paso con el primer pulso de cada compás. De este modo, se asocia cada tipo de pulso a un movimiento más grande o más pequeño -pasos/macro-pulso, palmadas-pulso, palabras-micro-pulso-.

    Convirtiendo todo esto de algo puramente teórico en sensaciones físicas y/o imágenes mentales, se producen fenómenos como que, los compases de subdivisión ternaria se asocian con un círculo y, por tanto, con una sensación cíclica. Así, en un 9/8, que es un compás de tres partes de subdivisión ternaria, esa sensación circular es mucho más potente. Haciendo este tipo de trabajo podemos conseguir que nuestra parte menos racional -presumiblemente, el sistema límbico- se preocupe de "los cimientos" de la música y así liberamos la parte más racional, o incluso la más creativa para tareas más urgentes, expresivas, de coordinación con compañeros, etcétera.

    Esta es mi particular visión y está basada en la observación de mi interpretación, de mi estudio, así como en las clases y, aunque está abierta a actualizaciones y aportaciones, es una base muy interesante para conseguir, tanto para uno mismo como para los alumnos, una capacidad interpretativa mucho más solvente.

    Adjunto el póster presentado en el III Congreso internaciona de innovación docente e investigación en Educación Superior: Cambios en el proceso de enseñanza aprendizaje de las Áreas de Conocimiento.




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