4 compases

La importancia del sentir en lugar de pensar en ocasiones nos puede ayudar enormemente. En muchos aspectos musicales -como otros de la vida- la unión entre la emoción y el pensamiento racional suele ser la clave para desarrollar actividades con gran solvencia. Primero debemos racionalizar el concepto para poder entenderlo, acotarlo, desarrollarlo, etc., para a continuación pasarlo a un plano inconsciente -y a menudo emocional- que nos permita atender a otras cuestiones. En el caso de la música, cuando el tempo, la dinámica o el fraseo pasan a funcionar de una manera "automática" podemos atender a la conexión con nuestros compañeros e incluso adecuarnos mejor al entorno en el que estamos tocando. En lo referente al Tempo ya hablé de ello en otra entrada que podéis leer en el enlace. Si hacemos lo mismo con, por ejemplo, las frases de 4 compases, será más sencillo que contar los compases individualmente y nos evitará cometer errores. Algo similar podremos hacer también con estructuras armónicas, al estilo de lo que se hace con los standars de jazz, ya que es más sencillo interiorizar dicha secuencia que contar compás a compás.

Para ayudar en esta tarea hablaré sobre una actividad pensada para interiorizar periodos o frases de 4 compases. Se trabaja en varias fases para ir complicando la práctica progresivamente y se puede jugar con ella para dificultar o facilitar el desarrollo en función de las necesidades del grupo. También es susceptible de ser trabajada con un solo alumno o con un grupo grande, pero lo óptimo es que sean 4 para coincidir con la cantidad de compases a trabajar.

En primer lugar, colocaremos sillas o algún tipo de dispositivo (conos, peluches, atriles o lo que se nos ocurra), para delimitar un cuadrado. En un principio, estarán separados lo suficiente para que se puedan dar 4 pasos por cada lado exterior del cuadrado. Vendría a ser algo así:


Como se puede observar, los números son cada uno de los compases. Colocaremos a un alumno en cada vértice mirando en la dirección que indican las flechas. Dando un compás de clavo de 4 partes (para el compás de 4/4), comenzarán a caminar en esa dirección dando 4 pasos hasta el siguiente vértice, en el que girarán hacia el siguiente. Se deberán contar en voz alta las cuatro partes del compás. Es muy importante que se respete el tempo. Como sugerencia, empezar con la pierna izquierda ayuda a que el giro sea más sencillo. Se dará un giro completo hasta llegar al vértice inicial. Cuando esto funcione, se procederá a repetir dando una palmada coincidiendo con el 4º pulso, que es con el que llegamos a ese vértice. A continuación, se introducirá un golpe con ambas manos en la tripa al llegar al vértice opuesto al inicial, es decir, 1-3, 2-4, 3-1, 4-2. Y el siguiente paso consiste en chasquear los dedos en los dos vértices intermedios. 

Hecho todo lo anterior, para tener una sensación de frase asociada a la entonación, cantaremos durante el primer compás un "do" con cada paso, como si fuera la tónica, en el segundo y en el cuarto "sol", como si fuera la dominante, y en el tercero "fa" como subdominante. De este modo la frase sigue la secuencia reposo-tensión-apoyo-tensión. A modo de inciso, puedo indicar que esta misma secuencia se puede aplicar a las partes de un compás de 4/4 para interiorizarlo, pero de ello también hablaré en otra entrada del blog.

Ésta sería la estructura general, pero, si acercamos ligeramente las sillas, de manera que entren 3 pasos por cada arista del cuadrado, trabajaremos la misma secuencia en compás de 3/4. Aún más cerca (casi pegadas), 2/4. Y, por supuesto, si las alejamos, podremos ver compases más largos como 5/4, 6/4, etc.


De manera complementaria, para que la interiorización sea más efectiva, colocaremos las sillas dándose la espalda unas con otras. Sentaremos a cada alumno en una de ellas y hacemos la última versión del ejercicio (2/4) sustituyendo el golpe en la tripa por palmadas con los compañeros, poniendo la mano izquierda hacia arriba y la derecha hacia abajo para golpear las manos de cada uno de los que se encuentran a cada lado. Cuando empiece a funcionar, sin parar, suprimimos la parte cantada, a continuación quitamos los pitos (compases 2 y 4) y finalmente dejamos solo la palmada del primer compás. Es importante que los alumnos no se vean ni hagan sonidos que puedan transmitir la sensación de pulso a los demás para asegurar la interiorización del mismo. De esta manera, solo se oirá la palmada del primer compás. A medida que se eliminan cada una de las partes, pueden tratar de visualizar el movimiento que se hacía alrededor del cuadrado. Al ampliarlo a 3/4 y 4/4 veremos que la dificultad aumenta, porque el pulso no es igual para todos, y ahí radica la dificultad y la importancia de hacer este ejercicio para ayudar a la sensación tanto de tempo como de periodo. 

Lo que suele ocurrir después de trabajarlo es que, las siguientes piezas que se tengan que tocar en las que haya frases repetidas de 4 compases o similar, saldrán con mayor solvencia y proporcionarán al alumno mayor confort a la hora de contar compases, ya que, como antes comenté, podrán delegar gran parte de la concentración a una sensación más "automática" guiada por esa sensación de tensión-distensión. Por supuesto, os animo a aplicar todas las variantes que se os ocurran y, cómo no, a dejar comentarios para mejorar el ejercicio y ampliarlo a todas las necesidades que puedan surgir en el aula.



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