Voluntarios


Por una vez podría decir que estoy a favor completamente de lo que dice un político por el que no siento ninguna simpatía. Pero no es así exactamente. Me estoy refiriendo a la excelentísima alcaldesa de Madrid, doña Ana Botella. Cuando digo que podría decir que estoy de acuerdo, me refiero a que no me parece tan mala idea eso del voluntariado que ha planteado, justo en el día en el que se ha publicado la demoledora cifra de parados con la que se cerró el año 2011.
Efectivamente, estaría genial que todos actuáramos con un poco más de altruismo en determinados momentos, sobre todo cuando el bien común se va a ver claramente beneficiado. Desde luego que la mayoría de la gente estaría gustosamente dispuesta. Pero creo que un amplio sector de la población sería reacia a este tipo de trabajos cuando quien lo pide no está en absoluto capacitado para hacer dicha petición. Creo que no es necesario enumerar los motivos por los cuales considero esta falta de capacitación por parte de la respetable alcaldesa.
Al margen de esto, también me gustaría plantear cuál sería el escenario que se abriría en estas circunstancias. Sería fantástico volver a aquellos tiempos del trueque en los que hoy por ti, mañana por mí. A toda persona con una visión un poco romántica de la vida se le dibuja una sonrisa al pensar en lo divertido y entretenido que sería así el mundo. El problema se plantea cuando toda esa gente que ansía poder y riqueza no podría alcanza sus anhelos, precisamente porque eso sería para ellos hoy por mí, y mañana también, y en esas circunstancias, difícil resultaría que nadie pudiera enriquecerse más que el de al lado.
Por lo tanto, lo curioso de todo esto, es que lo que plantean personas con pensamientos neoliberales, basados en la economía de mercado, es precisamente una forma de funcionamiento totalmente hippie, con todos mis respetos hacia este colectivo. Resumiendo: incoherencia absoluta. Todos esos sistemas que ellos tienen pensados para imponer un modelo en el que los ricos son cada vez más ricos y menos personas. Por lo tanto, considero gracioso que hagan este tipo de propuestas, y es por ello que no me parece tan mal que las hagan.
Y por concluir, no estaría de más que, en vez de ocurrencias, nuestros dirigentes se preocupasen de las cosas que de verdad importan, se pongan en el lugar de las personas a las que gobiernan y empiecen a trabajar de verdad por solucionar los problemas de la gente, que para eso les hemos elegido. Aunque sobre este tema ya escribiré, porque queda demostrado que nuestra capacidad para elegir a nuestros gestores es, cuando menos, dudosa. Amén de sugerir a todo gobernante que debería empezar por predicar con el ejemplo de sus propias propuestas.

RMR

Comentarios

  1. Interesante artículo en El País sobre este mismo tema:

    http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/01/29/actualidad/1327857164_405655.html

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