Avaricia

Dice el sabio refranero español que la avaricia rompe el saco, y quiero utilizar este refrán para iniciar mi particular visión de los resultados de las elecciones en EEUU. Trataré de ser breve -como me recomendó una amiga-, pero intentaré no olvidarme nada.

Mi apelación al citado refrán va dirigida a todos aquellos que forman parte del "establishment", y por tanto de los poderes fácticos que dominan la sociedad actual. En mi opinión, se les ha ido un poco la mano. Han querido manejar todo de una manera tan exagerada que han expulsado del sistema a demasiadas personas. Su anhelo por atesorar cada día más riqueza les ha hecho olvidarse de que ésta no se genera por si sola, y que son las masas populares -y la explotación de las mismas- las que les permiten a ellos estar en el punto que están. Pero no se han querido dar cuenta de que a la gallina de los huevos de oro hay que alimentarla y que, en su intento de hacerla más rentable reduciendo paulatinamente su ración de comida han conseguido matarla. Durante años he pensado que se da la espalda a las personas necesitadas imaginando que estas nunca se van a rebelar, simplemente por pura supervivencia. Y tanto se le han apretado las clavijas a las clases trabajadoras que al final son demasiados los que se ven ignorados por el sistema. Siempre he imaginado un mundo de unos pocos ricachones encerrados en sus fortificadas mansiones, vigiladas por matones sin escrúpulos, protegiéndose de sus semejantes y preguntándose cómo han llegado a esa situación.

Quizás vamos estando más cerca de vivir algo así. Hemos depauperado tanto áreas como la educación que cada vez menos gente sabe discernir el bien del mal. Ya no se conoce la historia y sabemos que cuando ésta no se conoce, se está condenado a repetirla. Hemos suministrado tanto opio a la población a través de los manipulados medios de comunicación y hemos disfrazado tanto la realidad con tabúes que ya nadie sabe qué es lo correcto. Vamos a marchas forzadas hacia una era de la que se hablará dentro de un par de siglos -si es que llegamos- y la gente de entonces no comprenderá lo estúpidos que hemos sido. Como no hemos entendido la globalización como fenómeno enriquecedor, la hemos dejado en manos del neoliberalismo económico y se ha convertido en el gran mal del siglo XXI; en lugar de utilizarla para mejorar como especie hoy en día sólo sirve para que las multinacionales puedan aplastarnos y hacer cuanto quieran de nosotros.

Y dicho lo último, quiero dejar unas pequeñas reflexiones algo positivas. Por un lado, confiemos en que todo este horrible sistema que hemos creado tenga alguna cosa buena, y quizás permita establecer ciertos cortafuegos -que no muros entre países- para no permitir llevar a cabo ideas fanáticas. Y por otro lado, una simple posibilidad; dado que el señor Donald Trump se considera en parte un antisistema y quiere proteger a Estados Unidos del resto del mundo, quizás él mismo ponga en cuestión tratados como el TTIP, porque en alguna ocasión se ha mostrado contrario a cierto "libertinaje" en el comercio apelando al proteccionismo nacional. Podría ser que él esté tan a la derecha de todo que llegue a frenar algo así. Si esto ocurriese vendría a ser algo como "no hay mal que por bien no venga". Ya que se opone a todo lo que se ha hecho hasta ahora, quizás mire demasiado dentro de sus fronteras y deje de jugar a los soldaditos en países que se encuentran a miles de kilómetros. Es probable que sólo sean estúpidos deseos por mi parte, pero si se centra en tantos males como denuncia en su propio país, ojalá por fin la nación más poderosa de la tierra empiece a dejar un poco en paz al resto del mundo.

Y dicho lo cual, ojalá no ocurran tantas desgracias como se prevén para el pueblo americano, y a su vez el resto del mundo pueda vivir más tranquilo. Al fin y al cabo, la democracia es así y no podemos aceptar las reglas del juego sólo cuando nos gustan. El pueblo norteamericano ha hablado y, por ignorancia, desprecio al poder establecido o por puro convencimiento, han elegido a un presidente que no gusta a muchos. Pero eso es algo que ha ocurrido en muchos otros países y parece que nos importa sólo si nos afecta. Lloremos si lo estimamos oportuno, sigamos luchando y defendiendo ideales, y sobre todo, aprendamos de los errores cometidos y jamás subestimemos a aquellos que utilizan discursos populistas. ¡Ah!, y por si acaso se cumplen todas las negras previsiones, sed felices, que si se monta la III Guerra Mundial, quizás ya no haya otra. Por lo menos que nos pille habiendo disfrutado al máximo de la vida.

P.D.: Siento no haber podido ser breve, Begoña, jeje.

Comentarios

Entradas populares