Cronología musico-emocional de un año de pandemia

  El texto que aparece a continuación, está publicado dentro del libro Innovación docente e investigación en Arte y Humanidades: nuevos enfoques en la metodología docente, editorial Dykinson S.L., y fue presentado en el “III Congreso Internacional de Innovación Docente e Investigación en Educación Superior: Cambios en el proceso de enseñanza aprendizaje de las Áreas de Conocimiento”.


INTRODUCCIÓN

Observación previa

    La experiencia didáctica que presento surge con la finalidad de cubrir la necesidad del alumnado de banda de Enseñanzas Profesionales de conservatorio de acceder a una actividad dentro de la asignatura que amplíe su conocimiento de las emociones, reforzar su nivel de inteligencia emocional, así como el conocimiento de nuevas técnicas de interpretación de corte vanguardista. Dicha necesidad fue captada al consultar con el alumnado sobre la necesidad de interpretar una obra contemporánea. Al tener ciertas dificultades para encontrar una obra ya compuesta que se adapte al nivel técnico de todos los alumnos y alumnas, surgió la idea de crearla en la clase desde cero. A esto se añade que, parte de este alumnado aún adolece de cierta falta de vocabulario emocional y necesitan completarlo para mejorar su auto-conocimiento y su capacidad expresiva a la hora de tocar el instrumento.

    Como motivación añadida, se trataba también de canalizar de forma colectiva, a través del instrumento, las distintas emociones vividas durante lo que podríamos denominar el primer año de pandemia, desde el 1 de marzo de 2020 hasta el 28 de febrero de 2021, donde se sufrió un confinamiento que, entre otras cosas, no permitió impartir la asignatura de banda, con todos los perjuicios que ello conlleva. De esta forma, se plantea una actividad con la que se persigue aportar un plus de motivación, fomentando el contacto y la colaboración entre ellos, con los profesores y con las familias, para crear una conciencia más fuerte de grupo. “Según el gran violonchelista y humanista Pablo Casals, el acercamiento del intérprete es siempre el mismo: hacer que viva la música, recrearla siguiendo sus propios sentimientos y emociones, captar con felicidad el alma de la obra, dándole una concepción auténtica y personal sin concesiones, con una constante simplicidad de expresiones, riqueza de formas y de colores, modestia, delicadeza de espíritu y calor humano.” (Glowacka, 2004), y por ello se hace necesario dar un enfoque distinto que ayude a transformar la interpretación en un hecho más emocional y no restringido únicamente a una ejecución “perfecta” desde el punto de vista técnico.

    También se observa que la formación de conservatorio, a pesar de su alta calidad, se encuentra algo exenta de actualización en la búsqueda del aspecto más creativo del hecho musical, ya que “las enseñanzas musicales se centran con mucha frecuencia en el canto, en la práctica instrumental o en la lecto‐escritura, dejando los aspectos creativos en un segundo plano” (Berrón, 2017).

    La propuesta está diseñada de manera que alumnos, profesores y familias formen parte de todo el proceso que dará lugar a la performace final. Durante la elaboración de la misma se busca transmitir al alumnado una serie de valores, para formar buenos instrumentistas, grandes músicos y mejores personas. “Ser conscientes de nuestro entorno y tener una mente abierta al mundo nos ayuda a ver las conexiones entre los diferentes aspectos de la vida. Nos enseña habilidades universalmente válidas que nos brindan la posibilidad de manejar oportunidades y problemas de una manera más hábil” (Oskam). Todo esto se ha fundamentado en el trabajo colaborativo, la convivencia y el aprendizaje horizontal entre alumnos con distintos niveles de conocimientos, la experiencia vivencial, el descubrimiento de otras visiones de la música mostradas por músicos con perfiles heterogéneos, lo cual ayudará a crear personalidades más abiertas y tolerantes. Se ha podido comprobar que los alumnos y alumnas, después de crear esta nueva obra, se muestran más motivados para continuar con los estudios de música, al mejorar su capacidad técnica, musical y artística. Además, todos los participantes afirman que ha supuesto para ellos una importante experiencia a nivel humano.

Figura 1. Cronología musico-emocional de un año de pandemia para banda


    Hipótesis

    Desde mi punto de vista, a pesar de que la formación del profesorado y del alumnado es cada vez mejor, y de que el acceso a través de las nuevas tecnologías a una cantidad ingente de información, en este caso relacionada con la música, las emociones y con el propio instrumento, lo cual redunda en una importante mejora del alumnado, considero que un proyecto como el que se presenta en este texto resulta una experiencia única. No solo permite interiorizar con mayor facilidad todo lo relacionado con el instrumento -tanto a nivel técnico como expresivo- y su conexión con el mundo emocional, sino que ayuda al alumno/a a sentirse parte de un colectivo mucho mayor que el que le rodea habitualmente, y esto implica que se sienta más motivado y conectado con la sociedad actual. Por todo ello, considero que el alumnado implicado será en un futuro un instrumentista mejor formado y tendrá más facilidad a la hora de incorporarse al mundo profesional que le espera el día de mañana, cuando finalice sus estudios. Por supuesto, lo observado durante la actividad, puede ayudarle a decantarse por las diferentes opciones profesionales que presenta la música que no estén limitadas sólo al aspecto interpretativo.

    Objetivos generales

    Dado que la actividad surgió de la propia clase, no se habían planteado objetivos a priori, pero resulta evidente que, una vez diseñada, la aportación tanto de conocimientos como de experiencias, sería muy enriquecedora. Además de todos los beneficios que los alumnos reciben, la motivación e implicación por parte de las familias también es un punto muy importante a tener en cuenta. El intercambio de conocimientos ayuda enormemente a aprender las diferentes posibilidades. Tampoco debemos olvidar que “nuestra formación está basada principalmente en aspectos teórico-prácticos relacionados con nuestro instrumento, dejando de lado un aspecto fundamental: el conocimiento de nuestro cuerpo” (Martín, 2015), que estará íntimamente relacionado con la expresividad, no sólo en cuanto al resultado sonoro, sino al visual. Esto se hace patente al tratar de que el alumnado sea consciente en todo momento de los procedimientos técnicos a utilizar para conseguir los diferentes efectos sonoros y cómo usar su propio cuerpo para la obtención de los mismos. Por esto, otro de los objetivos de la creación de esta obra es concienciar al alumnado de la importancia de utilizar el elemento principal con el que producimos la música; nuestro cuerpo. Para algunas especialidades concretas, como el el caso de la percusión, en la que pueden hacer uso de diferentes instrumentos, “el número de instrumentos de percusión está creciendo continuamente, y muchos de ellos están todavía en proceso de desarrollo” (Brindle, 1970), lo cual permite ampliar la capacidad creativa y expresiva de los intérpretes. Por ello, en esta especialidad instrumental se motiva al alumnado a investigar en los diferentes timbres, lo cual mejorará las posibilidades expresivas. No obstante, también se permite que otras especialidades utilicen instrumentos “auxiliares” (requinto, clarinete bajo, flautín, distintos tipos de saxos, etc.).

    Como no sólo queremos dotar al alumnado de formación técnico-musical y conocimiento físico, sino también aportar una importante visión emocional, ya que “(...) es necesario que aprendamos a integrar en el desarrollo psicológico el conocimiento de las emociones” (Núñez y Valcárcel, 2013), la actividad buscará como objetivo ulterior ayudar a los alumnos y alumnas a desarrollarse como persona y aporta una capacidad expresiva imprescindible para la ejecución musical. Como se indica en El libro de mis emociones, “Al final de este viaje que haremos juntos, tú [el alumno/a] también habrás aprendido a conocer a estas pequeñas amigas que viven dentro de tu corazón. Sabrás detectarlas antes de que lleguen y, con el tiempo, entenderás que tienes la capacidad de calmarlas cuando exageran un poco y de mantenerlas bajo control. Así, podrás convivir con ellas más conscientemente y sin temores” (Piroddi, 2019, p.5), esto es, que se busca el desarrollo personal además del musical y técnico.

    La motivación anteriormente citada también ayudará al mejor desempeño de sus funciones en su futuro puesto de trabajo como profesor o intérprete, e incluso terapeuta. En cualquier caso, dentro del ámbito educativo, tampoco resulta sencillo mostrar con ejemplos reales las diferentes ramas y salidas profesionales. Esta actividad muestra una visión mucho más ecléctica. Por tanto, el objetivo a perseguir es, básicamente, ampliar en el alumnado la cantidad de herramientas necesarias para desarrollarse con solvencia, tanto a nivel técnico y musical, como personal y humano. Entre estas herramientas, no podemos olvidar la fidelidad y la total comprensión del texto musical, ya que “el alumno solamente conseguirá buenos resultados en tanto respete los movimientos metronómicos, matices, acentos, ligaduras y anotaciones diversas” (Delécluse, 1969), pero a su vez nunca deberá dejar de lado los aspectos expresivos que darán de verdad vida a la música. En el caso de la creación que nos ocupa, a pesar de tener carácter improvisatorio, siempre se perseguirá el mayor grado posible de calidad interpretativa. De hecho, “No es casual que algunas de las indicaciones que utilizan los compositores para marcar el tempo al que hay que interpretar una determinada obra tengan una connotación emocional (por ejemplo allegro, vivace)” (Schön, Akiba-Kabiri, y Vecchi, 2018).

    El contacto entre profesores, familias y alumnos, así como el aprendizaje horizontal son fundamentales, ya que considero que “los alumnos aprenden mejor cuando aprenden el uno del otro y cuando los profesores aprenden junto a ellos” (Robinson, 2010). Parafraseando a uno de los grandes profesores, en este caso de percusión, una de las máximas a perseguir sería “utiliza tus ojos y oídos para desarrollar la sensibilidad en todos sus aspectos” (Woud, 1999).

    Contexto

    El contexto en el que se enmarca el proyecto está dirigido a alumnado de la asignatura de banda de Enseñanzas Profesionales de conservatorio aunque, dado el caso, también se puede trabajar con otros tipos o niveles de alumnado. Huelga decir que es aplicable a cualquier especialidad, sea esta orquestal, música de cámara o incluso solista. Las palabras clave que definirán esta actividad son: banda, educación musical, emociones, aprendizaje horizontal, experiencia vivencial. Es recomendable con alumnos en edades tempranas ya que, como comenta Collado (2013) en el prólogo de Emocionario, “Descubrir, identificar y diferenciar las emociones (...) es una forma de educar a los más pequeños para que sientan sin temor, para que se descubran a sí mismo y para que acaben convirtiéndose en adultos autoconscientes con habilidad sensitiva para afrontar los retos de la vida”. Aún así, en este caso está dirigido a alumnado entre 12 y 18 años y algunos casos de bastante más edad, resultando también muy enriquecedora para todos ellos y ellas.

    Diagnóstico

    El diagnóstico se hace basándose en unas necesidades observadas en el alumnado. La idea inicial surge al consultar con los estudiantes si consideraban necesario cambiar o aportar algo a lo trabajado en anteriores trimestres. Éstos manifestaron interés por interpretar algún tipo de obra contemporánea. Dada la dificultad de encontrar obras adecuadas al nivel individual de cada miembro de la agrupación y, comentando algunas corrientes de creación vanguardistas basadas en la improvisación, surgió la idea de crear la propia obra. La siguiente idea es la de potenciar el auto-conocimiento, ya que son alumnos en los que es importante implementar el conocimiento de uno mismo. Se persigue la mejora de la expresividad, en aspectos diversos de la vida, así como en la propia música. Se busca ampliar el lenguaje emocional, dado que su vocabulario al respecto aún es limitado. Se necesita dar una visión de la práctica instrumental desde un punto de vista más emocional y expresivo, es decir, que no se circunscriba sólo a la parte meramente técnica. Promocionar las relaciones inter-personales es otra de las necesidades, para crear grupos más cohesionados y unidos. Fomentar valores se hace imprescindible, siendo éstos la colaboración, la comprensión, la cooperación, etc.

METODOLOGÍA

    Para dar respuesta a estas necesidades se diseñó una propuesta metodológica que consiste en la creación de una obra -a modo de improvisación- que deberá ser llevada posteriormente ante el público. La obra girará en torno a las emociones vividas durante el primer año de la pandemia de COVID-19, es decir, entre el 1 de marzo de 2020 y el 28 de febrero de 2021. Con esta propuesta se tratará de canalizar a través de la interpretación grupal los diferentes estados emocionales vividos a nivel individual por cada uno de los miembros de la agrupación.

    Los procedimientos a través de los cuales se lleva a cabo la propuesta son los siguientes:

  1. Exposición de la propuesta/Explicación de los objetivos. Se hace llegar al alumnado información sobre cómo se va a llevar a cabo la propuesta. Los alumnos recibirán la información en las propias clases de instrumento del conservatorio, así como a través de la plataforma on-line (Teams, en este caso). Se elabora un documento y/o presentación en la cual se hace llegar la información sobre los objetivos y la finalidad de la propuesta.
  2. Análisis de conocimientos previos. El análisis de los conocimientos previos es una de las fases más importantes del proceso, ya que nos permite descubrir el punto de partida con cada alumno, puesto que no conviene empezar en un punto muy alejado de lo que ya sabe, bien sea por defecto o por exceso. Para ello se harán ejercicios con obras, fragmentos de las mismas o incluso con improvisaciones, a través de los cuales trataremos de despertar en el alumno la capacidad de expresar emociones a través de la música. Aunque es una práctica habitual en cualquier sesión, conviene reforzarla para la actividad planteada.
  3. Aportación de ideas interpretativas. En esta parte se trata de que el alumno comience a conectar ideas sobre cómo expresar sus emociones a través del instrumento. La clase individual resulta idónea para esta fase, ya que permite conocer a cada alumno más en profundidad y que, a su vez, consulte a su profesor los distintos recursos que puede utilizar. Para ampliar el vocabulario emocional también pueden usarse libros como Emocionario o el anteriormente citado El libro de mis emociones. Utilizar fragmentos escritos tocándolos con emociones diferentes es una de las prácticas más interesantes para conseguir este objetivo. También resulta muy interesante hacer analogías con aspectos diversos de la vida que les evoquen diferentes emociones, como por ejemplo pensar en momentos que se las desencadenen -véanse reunirse con los amigos en verano, suspender un examen, ver a un familiar querido, etc.-. De este modo serán más capaces de identificar y “etiquetar” las emociones y asociarlas con las que quieren transmitir en la práctica musical.
  4. Puesta en común de opiniones. Esta puesta en común se puede hacer a través de la plataforma on-line o durante las clases ordinarias. Lo importante es motivarles a que expresen todo lo que consideren oportuno. No conviene hacerlo de manera que puedan sentirse sesgados por las opiniones del profesor, sino que interesa que sea un intercambio de ideas entre iguales. Así se fomenta el enriquecimiento del grupo.
  5. Presentación de la partitura. Esta fase se puede llevar a cabo durante la clase de banda. La partitura se cuelga en la plataforma on-line para que tengan fácil acceso a la misma, tanto en formato pdf como en Musescore para que puedan editarla a su gusto. Se hace una explicación detallada de todos los símbolos que aparecen en la misma, especialmente los menos habituales, como son las indicaciones de la subdivisión del compás (4+3) -siendo un 7/4 para representar los días de la semana- o las flechas que señalan el inicio (flecha completa vacía marcada por el director con ambas manos) y la mitad (media flecha vacía marcada sólo con la mano izquierda) de cada periodo -en este caso, los distintos meses del año-. La partitura puede consultarse en el siguiente enlace: Partitura cronología
  6. Clases individuales/ensayos de conjunto. Durante las clases de banda se hace un trabajo detallado de la obra. En ningún caso se ocupa una clase entera con dicho trabajo, ya que debe ser complementario al trabajo de las obras programadas durante el curso. A lo anterior se añade el trabajo de “efectos sonoros especiales” que podemos utilizar para mejorar la interpretación. De esta manera observaremos la capacidad del alumno para buscar recursos, lo cual fomenta mucho la creatividad. Si fuera necesario, se pueden hacer ensayos parciales. Finalmente se hace un ensayo general de toda la representación, intentando que no haya interrupciones para que sea lo más parecida posible al día de la puesta en escena.
  7. Representación. Para el “día D” es importante reservar un espacio lo suficientemente grande, tipo auditorio, para que pueda acudir el público o, como en la experiencia ya llevada a cabo, se pueda grabar con la mayor calidad posible. Es importante publicitar la actividad lo más posible para tratar de que acudan no sólo las familias y allegados, sino más miembros de la comunidad educativa, así como gente ajena al centro y, una vez realizada, se hará difusión de la grabación. Existe la posibilidad de recibir feedback por parte de los asistentes, ya sea in situ o a posteriori, a través de aplicaciones o con formularios repartidos en mano. Este punto es importante para poder analizar cuál ha sido el impacto recibido por el público. Se hace lo mismo de una manera más profunda con el alumnado participante y con las familias, a través de la plataforma on-line, lo cual nos permite conocer mucho más la repercusión de la actividad en el desarrollo del alumno o alumna.

RESULTADOS

    Para valorar el impacto de la actividad se les hizo llegar una encuesta -como se ha señalado anteriormente- que, a modo de resumen, arrojó los siguientes resultados.

  • Un 83 % manifestó que mejoraba su conocimiento del lenguaje de vanguardia.
  • Un 66% sentía que había profundizado en el conocimiento de su instrumento.
  • Un 83% consideraba que había mejorado su expresividad musical.
  • Un 83% creía que había ampliado su lenguaje emocional.
  • Un 50% había mejorado su auto-conocimiento.
  • Otro 50% exponía que se concentraba más que cuando interpreta una partitura escrita.
  • Un 100% buscaba más transmitir durante la interpretación de cualquier obra.

    Según nuestras observaciones, el resultado principal obtenido se observa en que se produce un aumento de la motivación. El alumnado se muestra con más ganas de participar en actividades, así como más dispuesto a mejorar su nivel interpretativo para que su participación tenga mayor calidad. También mejora el auto-conocimiento, ya que el trabajo realizado con las emociones ayuda a que el alumno se conozca mejor a sí mismo. Ésto a su vez redunda en una mejora de la expresividad musical, ya que se trascienden las fronteras de una interpretación meramente mecánica y se piensa más en las emociones que se quieren transmitir al tocar el instrumento. La ampliación del vocabulario emocional es otro de los resultados obtenidos, ya que conocerá más términos y los identificará mejor con las sensaciones experimentadas, lo cual se puede reforzar con bibliografía que amplía la cantidad de emociones. Una de las mejoras más importantes que se persigue con esta actividad, es la ampliación de la visión de la práctica instrumental, llevándola a un plano más emocional y expresivo que le permitirá mejorar notablemente su desempeño interpretativo, lo cual amplía el valor añadido de la música ejecutada. No se puede obviar que a través de esta actividad se refuerzan enormemente las relaciones inter-personales, ya que se fomentan valores como la colaboración, la cooperación, el compañerismo, etcétera, lo cual crea en el alumno una conciencia mucho mayor, dado que intentamos crear buenos instrumenistas, grandes músicos y aún mejores personas. Para consultar los resultados de la encuesta, hacer click en el siguiente enlace: Resultados de la encuesta

CONCLUSIONES

    Observados los resultados expuestos anteriormente, se puede concluir que las hipótesis planteadas han sido corroboradas satisfactoriamente. La mejora a nivel interpretativo, desde el punto de vista expresivo, ha redundado en una mejora de la calidad de las audiciones y conciertos en los que participan los alumnos de banda. Por supuesto, ha mejorado el sentimiento de equipo o grupo y con ello la convivencia entre alumnos de las distintas especialidades. A todo esto se puede también añadir que se observan multitud de resultados transversales que, en algún caso, ni siquiera habían sido planteados. Una parte importante de los participantes se muestra más dispuesto a tomar parte en cuantas actividades complementarias se le planteen. Por otro lado, están más dispuestos a continuar con los estudios musicales.

    Por todo ello, la conclusión más evidente es que la actividad permite al alumnado y a las familias, acceder de una manera directa a experiencias musicales de calidad y a un entorno personal que aporta importantes valores en los tiempos actuales. Como comenté con anterioridad, las nuevas tecnologías nos dan acceso rápido y eficaz a todo tipo de información. Ésto es tremendamente útil para el aprendizaje. Pero no tiene los mismos efectos si no se ve complementado con las experiencias que podemos vivir en primera persona, disfrutando del contacto humano, lo cuál ha sido una de las dificultades a superar como consecuencia de la pandemia. Así mismo, se hace patente que la presencialidad en las clases de banda es imprescindible. Todo ello hace pensar que llevar a cabo una actividad de esta naturaleza, además de permitirnos observar los resultados, hace sentir una motivación extraordinaria para seguir trabajando y mejorando, y con ello proporcionar a toda una generación de instrumentistas la formación y el impulso que necesitan para disfrutar con su profesión el día de mañana o de la música como afición. Sin menospreciar cualquier otro tipo de dedicación profesional, me gustaría terminar con la frase “la música sirve para algo y el resto, para casi nada” (Punset, 2013).

    Para escuchar la obra completa tal y como fue interpretada en directo, se puede acceder a través del siguiente enlace. Se han omitido las imágenes de los intérpretes por cuestiones de protección de datos: Cronología musico-emocional de un año de pandemia

REFERENCIAS

  • Berrón, E. (2017) Integración creativa de la música Pop-Rock en el aula. Revista Electrónica de LEEME, 39, 1-20.
  • Glockawa, D (2004) La música y su interpretación como vehículo de expresión musical. Revista Comunicar 23: Música y Comunicación, 56-61.
  • Martín, T. (2015). Cómo tocar sin dolor. Piles
  • Núñez, C. y Valcárcel, R.R. (2013). Emocionario. Palabras Aladas, S.L.
  • Oskam, V. (s.f.) A teacher with a vision.
  • Piroddi, C. (2019). El libro de mis emociones. Panini España, S.A.
  • Robinson, K. (2010). El Elemento. Penguin Random House Grupo Editorial España.
  • Schön, D, Akiva-Kabiri, L., y Vecchi, T. (2018). Psicología de la música. Alianza editorial.
  • Smith-Brindle, R. (1970). Contemporary Percussion. Oxford University Press.
  • Woud, N. (1999). Sympnhonic Studies for Timpani. De Haske Publications.


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