Edad de jubilación

Sé que parte de lo que hoy escriba puede cabrear a más de uno. Tampoco refleja exactamente lo que yo pienso. Pero de vez en cuando resulta interesante plantearse uno mismo y hacer pensar a los demás desde puntos de vista diferentes a los que son mayoritarios o que a priori nos parecen más lógicos. Lo que reflexionaré a continuación me vino a la mente viendo ayer un avance de la entrevista a Pablo Iglesias que se emitirá esta noche en el programa de Jordi Évole y que tantas ganas tengo de ver.

Jordi preguntaba al líder de Podemos sobre el tema de la edad de jubilación y sus intenciones cuando lleguen a gobernar (no son mis preferidos, pero serían una buena opción). Pablo Iglesias parece que no lo tenía demasiado claro, y me parece una postura bastante razonable, dado que es un problema que deberemos repensar todos fuera de los debates partidistas.

Hasta hoy se ha asociado el aumento de la edad de retiro con posturas neocon, bastante odiosas, por cierto, pero quizás habría que extrapolarlo y repensar. Me explico; la gente que actualmente se está jubilando en torno a los 65 años,  por regla general comenzaron a trabajar apenas pasada la pubertad, y algunos ni eso.  Llevan trabajando la friolera de más de 40 años,  por lo que su cantidad de años trabajados es considerable. Además, apenas han sufrido interrupciones en su vida laboral. También habría que decir que esa edad estaba calculada cuando la esperanza de vida era menor y, por esta pequeña diferencia entre la edad de jubilación y la esperanza de vida, los costes para el sistema eran bastante menores.

Respecto a la generación actual, en la que me incluyo yo mismo, la gran mayoría hemos empezado a trabajar bastante más tarde que nuestros padres y abuelos,  afortunadamente como consecuencia de nuestra amplia formación y desafortunadamente porque el mercado de trabajo es bastante más complejo que el de hace tan sólo unos pocos años. Por no hablar de lo complicado que resulta trabajar de manera continuada sin pasar largas temporadas en desempleo (por suerte no es mi caso).  Esto nos lleva al problema de que, cuando lleguemos a los 65-67 años habremos cotizado mucho menos tiempo que nuestros progenitores. Si a esto le añadimos que probablemente vivamos más años que ellos, simplemente la cuenta no sale.

Se podría profundizar mucho más en el tema con cifras concretas, pero sólo quiero que cada uno saque sus propias conclusiones y comente si lo estima oportuno. Mi reflexión personal añadida a las frías cifras es que, amo mi trabajo, con sus más y sus menos y sólo el hecho de pensar que si llego con la salud que hoy se llega a los 65 años me retiren como a un mueble viejo y me tenga que pasar otros 25 o 30 años sin apenas actividad esperando a que me llegue la hora, no puedo por menos que sentir angustia, como la que siento cuando veo a algunas personas mayores a las que se ha apartado de la circulación sin aprovechar su experiencia, sabiduría y dándoles una paga para que no protesten mucho. Al margen de que la ecuación no cuadre, es una verdadera lástima.

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