Amor verdadero


En un día como hoy, hasta los que nos mostramos abiertamente detractores de la celebración que hoy se conmemora, no podemos por menos que reflexionar sobre ella y tenerla en cuenta. Con el bombardeo continuo que recibimos de los medios de comunicación y por ende, de las personas que nos rodean, es imposible abstraerse de la vorágine consumista que tanto frivoliza sobre un sentimiento tan importante para nuestras vidas como es el amor.

Sin querer entrar en la crítica directa hacia las personas que se hacen regalos o aprovechan el día para demostrar de una manera especial sus sentimientos hacia su pareja, me gustaría plantear algunas cuestiones que me parecen relevantes. En cierto modo, recurriendo básicamente a dos casi tópicos, no por ello exentos de una cruda certeza: San Valentín es (o debe ser) todos los días y el más duro referente al montón de mujeres que recibieron grandes muestras de cariño en sucesivos días de los enamorados y hoy se encuentran en una tumba por culpa de las personas que las agasajaron con preciosos regalos.

Empiezo por la segunda. Refiriéndome a ella, me gustaría decir que, aunque sea bastante difícil, deberíamos actuar con cierta frialdad en estos temas, y tratar siempre de profundizar en lo que la otra persona siente y/o quiere de nosotros. Refranes como "quien bien te quiere te hará llorar" no pueden estar más apartados de la realidad. Si alguien te quiere hará todo lo posible por hacerte feliz en el día a día y no convertirá tu vida en un infierno con verdades tergiversadas para manipularte como persona y poder así dominarte. Y desde luego, jamás te pondrá la mano encima, precisamente porque te quiere, y su mayor deseo será hacerte feliz, incluso a costa de su propio bienestar, lo cual, cuando se convierte en recíproco sólo podrá traer cosas buenas a la relación.

Y enlazando esta idea con la primera, decir que no ama más ni con más intensidad la persona que se acuerda de su pareja el día que los comerciantes decidieron para lucrarse a costa de una estúpida efeméride. Quien te quiere te sorprenderá a diario y no precisamente con regalos materiales, porque te regalará cada día su compañía, su cariño, su comprensión, su pasión, etc. Recurrir al materialismo sólo hace que nos apartemos de lo que más nos une, que es nuestra propia persona. Nos enamoramos de una persona, no de los regalos que nos hace y creo que personalmente cambiaría todos los regalos del mundo por pasar mi vida entera con la persona a la que amo.

Por añadir algo más, me gustaría puntualizar que la idea de la "media naranja" debería estar completamente desterrada. Cada uno somos una naranja completa. Lo importante es que cultivemos y enriquezcamos nuestra propia personalidad. Que seamos íntegros. Una vez conseguido esto, podremos compartirlo sin problemas con cualquier persona, y más aún si esa persona también ha alcanzado grandes cotas de cariño hacia sí misma, sin caer en el narcisismo, por su puesto. Es muy difícil emprender un proyecto en común cuando nuestro "proyecto personal" es endeble e inconsistente. Y dicho esto, sólo me queda desearos que paséis un feliz San Valentín; el de hoy, el de mañana, pasado, etc. Y a los que no tenemos pareja, a disfrutar, que no se está nada mal solo.

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